Sinceramente, Nayra me ha dejado atónito al devolverme "su" parte proporcional de fianza. No me lo esperaba, no porque no crea que sea justo, sino porque no hemos hablado nada de nada.
Sólo quedaba Laura. Y con Laura si que me ha costado más hablar. Por supuesto que no íbamos a llegar a un acuerdo. Ella lo tenía bien claro y yo un poco también. Pero al menos, me ha mostrado su argumentación, su posible solución al problema.
Parece ser que el problema está en la manera en la que hemos finalizado el compromiso. Lo que no se terminó de hablar es lo que pasaba con el mes de octubre. Digamos que, argumenta Laura, YO tendría que haber mostrado interés en su debido momento y negociar una salida. Lo curioso es que, ella ESTÁ DE ACUERDO con el fondo de la medida (reparto de gastos entre los tres puesto que habíamos decidido marchar en septiembre) pero no con la forma (al no tener ni las ganas ni las fuerzas para quedar y hablarlo). "Si hubieras llamado a finales de septiembre y lo hubieras puesto encima de la mesa, claro que habría aceptado la postura", dice Laura.
Personalmente, creo que tras quedar con Nayra el 7-8 de Octubre para devolverle las llaves, y pedir la fianza (a lo que Nayra concede y dice que "si, no creo que haya ningún problema, se lo comento a Laura") Laura se hace la longuis, no le gusta eso de que Nayra haya dicho que sí, y espera tumbada en el sofá a que llame, generando así su propia cuartada.
Es muy tarde para afinar más... aunque se podría un poco más...
1 comentario:
La gente rencorosa y retorcida vive menos... :D
Saludiños.
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