A estas horas y divagando...
Hoy, martes 6 de mayo de 2008 he sido un poquito más sincero conmigo mismo. Ha sido fácil y a la vez extraño. Me he acercado al despacho de mi jefe sin intención alguna y al final he soltado de todo: falta de motivación, hastío por la programación, intención sincera de cambio de trabajo. Y me he sentido bien, porque me he sincerado y he sido yo, Gaël, con sus dudas e intenciones el que ha hablado sin tapujos, directo desde mi interior.
La creación de este discurso, sin embargo, me ha llevado mi tiempo. Hace unos meses, empezaba el máster, sin mayor aspiración que acercarme a la realidad de la cooperación. Poco a poco, esa realidad se ha ido apoderando de mí, cambiando mi manera de ver mi futuro profesional más próximo. A día de hoy, me he presentado a dos procesos de selección en ISF y sea lo que fuere, estoy decidido al cambio.
¿Pero cuanto tiempo he tardado? ¿Es cuantificable o tal vez ajustable? ¿Existe tal vez un tiempo mínimo para transformar tu discurso en uno nuevo, con sus hipótesis, que nos acerque a la toma de decisiones? Creo que sí, es un tiempo de reflexión pasiva, de asimilación del cambio por el que todos pasamos.
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Y la pregunta del momento es la siguiente: ¿Hasta donde estamos dispuestos a llegar para alcanzar una coherencia vital? ¿Qué estamos dispuestos a rechazar para ello?
2 comentarios:
El camino que uno diseña, cuesta más trazarlo, no se ve con claridad la forma que va a tener ni lo que queda para llegar, pero ahí está uno, caminando consecuente con lo que es y en lo que cree y luchando por su causa.
¡Mucho ánimo!
Gran decisión.
Cuando se es sincero con lo que uno es, las cosas salen. Va a ir bien...
A darlo tó, mae!
Besazo!!
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