sábado, marzo 29, 2008

Dejate de historias u opinión pública discursiva

La verdad es que me encantaría comentar lo de la mega-inflación del 100000% en Zimbabue o la leyenda de que Évariste Galois, matemático francés de principios del siglo XIX, terminó de desarrollar una teoría la noche anterior a su muerte en un duelo.

Sin embargo, me voy a decantar por algo un poco más banal y mundano (o no) como es la generación de opinión en círculos próximos como la familia, los amigos o el trabajo (también llamada opinión pública discursiva). No estamos hablando de la que proviene de los medios de comunicación (también llamada opinión pública agregada) sino de aquella que deja poso en la personas a través de un email, una conversación informal o incluso un malentendido.

Hoy he leído en un periódico gratuito un reportaje de una página entera acerca del documental "Oro negro" que habla del comercio del café y de las paradojas que existe en uno de los negocios que mayor beneficio reportan a las grandes transnacionales, distribuidoras y cafeterías. Retomando el tema de la opinión pública discursiva, en el artículo se dice
“El primer paso es concienciar a la gente, como consumidores tenemos el poder de animar a las empresas a cambiar los precios”. Y parece que funciona. Después de su estreno en Londres, las ventas del café etíope aumentaron en un 30% en una conocida cadena de hipermercados. “Mucha gente empieza a preguntar el origen del café a los propietarios de las cafeterías. Han visto la diferencia entre la retórica y la realidad”, argumenta Marc.
Analizando un poco el párrafo, extraigo un par de cosas interesantes. Primera, que lo habitual era un día no habitual pero, tras generar opinión y cambios de opinión, se convierte en habitual (el preguntar el origen del café a la cafetería de la esquina, por ejemplo). Ahora no se hace, parecerías un marciano. Sin embargo, ¿porqué no habría que hacerlo? Y no sólo con el camarero de la cafetería sino en el curro. Cuestionar. Debatir. Siempre con argumentos sólidos en una mano y con soluciones en la otra. La segunda, muy relacionada con el carácter segundón o a-la-cola-europea, es la referencia que se hace con Londres. Haciendo una doble lectura se podría interpretar que los londinenses (que sí son críticos, subversivos y activistas) se movilizaron tanto que consiguieron incrementar la venta del café etíope tras ver el documental.

De nuevo, me falta oratoria pero ahí lo dejo, por si acaso nos da de que pensar.



Oro negro se proyecta en la sala 3 de los cines
Verdi de Madrid a las 16:05 y a las 20:20 hasta el día 3 de abril.


Mas información sobre el ciclo de cine solidario aqui.

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