La mirada del asesino
El asesino me miraba fijamente, sin remordimientos. No iba a poner tierra por medio, sabía que la Policía no haría nada. Yo temblaba pensando en la habitación del crimen, en las huellas que el asesino habría dejado en el lugar. Se encontrarían trazos de sangre aunque el cadáver, como otras veces, habría desaparecido. Un sudor frío empezó a correr por mis sienes. Se oyó una puerta abrirse. El asesino bostezó y se alejó sin dejar de mirarme. Sonó un grito femenino. Todo estaba perdido. Nuevamente mi vecina vendría a acusarme de que mi gato se había comido su canario.
Vicente Hernández García 17 de Junio 2008-06-27
Premio al MEJOR RELATO CORTO POLICIACO.
Periódico QUE! de Madrid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario