Fecha: 30 de diciembre de 2008 16:48
Asunto: COMUNICADO DE PRENSA
Esta acción se constituye en un indiscutible crimen de guerra y en un crimen de lesa humanidad. Es muy duro escuchar, por parte de los responsables israelíes, que con tales crímenes se pretende implantar la paz. Al contrario, con tamañas atrocidades, el mensaje de Israel a los palestinos es el de la guerra sin esperanza.
Todos los palestinos, en este momento, e independientemente de afiliaciones políticas, nos unimos a nuestro pueblo de Gaza y sentimos con ellos el mismo dolor e indignación, que las palabras no consiguen expresar con propiedad. Gaza es parte de Palestina. El presidente palestino Mahmoud Abbas llamó ayer al Movimiento Hamas a un encuentro en la Sede Presidencial, con el objetivo de unificar a todas las fuerzas palestinas contra la ocupación y poner fin a la agresión israelí a Gaza. Los principios básicos para una tregua son el fin inmediato de la agresión, el levantamiento del cerco a Gaza y la protección de la población civil palestina. El pueblo palestino en Gaza y en Cisjordania debe ser protegido por tropas internacionales de las acciones criminales del ejército israelí, de las agresiones de los colonos ocupantes y de las amenazas israelíes de provocar en Gaza un nuevo holocausto, o shoah, en hebreo, que obviamente, eran veraces.
La reivindicación palestina no fue nunca acallada por masacres y por bombas. Con el uso de la fuerza brutal, Israel está encaminándose a un punto sin salida, en el que ya no encontrará ni vías de negociación ni interlocutores con quien negociar, pues sus actos demuestran con clareza que no hay voluntad de paz para con el pueblo palestino, y sí únicamente una exigencia de sometimiento total de los palestinos y de aceptación por nuestra parte de la ocupación y del exilio.
La historia ha demostrado en todas las ocasiones que los pueblos que luchan por su libertad y su independencia nacional contra fuerzas ocupantes han acabado por salir victoriosos. Desde el lado palestino, hacemos votos para que esta victoria se consiga sin que cueste un baño de sangre a nadie. Sobre todo, hay que impedir que la sangre palestina sea usada como moneda de trueque en las campañas presidenciales israelíes.
Es el momento de detener esta barbarie y de obligar a Israel a someterse a las normas de la Legalidad Internacional y a las Leyes Humanitarias, así como a las Resoluciones de la ONU pertinentes a Palestina, único camino para la consecución de la paz justa.
Buenos Aires, 30 de diciembre de 2008
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