sábado, enero 03, 2009

Desde el palomar

Tras 3 horas casi de espera montados en el avión hemos despegado. A la hora y media, cuando han sacado la cena, me he imaginado que iba para largo. Pero no me ha importado, más que nada porque en esos momentos no te quieres marchar. Al menos a mí, me ha reconfortado quedarme un poco más en tierra.

Así que cuando finalmente hemos despegado, no he sentido ese gran vacío que uno siente cuando se lanza a vivir una nueva experiencia... tampoco lo he sentido porque sabía que al llegar, después de coger el tren hasta Leiden Centraal, estaría de nuevo en casa: en el palomar.

Gracias Pableras!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Feoooooooooooooooooooooooooooo. Jejejejejejeje.

Muchos besos.