El día de ayer fue más normal. Aún así tuve derecho a notar el 'mojo' an mis carnes: 6 cañas pedidas, 6 cañas invitadas. 100%.
Por lo demás, tranquilo, reposando las distintas opciones y jugando a soñar. El idealista que llevo dentro no se calla ni cuando duermo.
Mi familia es muy cómica, he de admitirlo. En algún punto de la cadena se distorsionan las historias y creo que es el lado Hernandez el culpable de ello. Pero no me importa. Me hace más bien gracia.
Esta tarde me largo para Baiona. Con Ñak, Ido & Papis. "Volveré mas galego?".
Me apetece mogollón. Una recompensa por el trabajo bien hecho. Aunque la recompensa ya ha sido lograr mis objetivos.
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